No recuerdo bien cómo se me ocurrió la idea o de dónde vino, pero
el caso es que un día visualicé un jardín donde las hojas, los pétalos, los
bichitos, las nubes, etc. eran palabras. Y me puse manos a la obra. Tras
preparar la pared con un papel continuo verde, dibujar unos troncos y unos
tallos y poner un título, lancé la idea a mis alumnos y alumnas. Se trataba de
ir llenando un jardín inicialmente vacío en un jardín lleno de palabras que
fuéramos aprendiendo. La acogida que tuvo ha superado con creces mis
expectativas, no sólo por el número de palabras sino por el entusiasmo de mis
niños y niñas a la hora de buscar y aprender vocabulario nuevo. Cada vez que
sale una palabra que alguien no conoce observo como se levantan rápidamente a
por una hoja, pétalo… o como incluso hay pequeñas “carreras” por buscar una
palabra.
El caso es que me tuve que poner las pilas para ver que podíamos
hacer ahora con tantas palabras, y la verdad es que las posibilidades son
muchas.
Aprovechando que estamos estudiando los sustantivos, estamos
haciendo búsqueda de sustantivos en el jardín (“la caza del tesoro” como ellos
mismos lo han llamado). En pequeños grupos traen palabras y entre todos vamos
pensando y diciendo si son sustantivos o no. Esto se puede expandir a otros
tipos de palabras como adjetivos, verbos…
También se puede utilizar para escribir historias (eligiendo
varias palabras al azar), ordenar por orden alfabético o incluso un
pasapalabra.
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